lunes, 31 de agosto de 2015

1000 veces buenas noches

Rebecca es una fotógrafa de zonas en conflicto o en guerra interpretada magistralmente por Juliette Binoche. Esta película de 2013, que llega tarde a nuestras salas de cine, plantea el conflicto de la corresponsal cuando es herida de gravedad y su esposo y familia demandan que se quede en casa y no vuelva a correr riesgos.

La protagonista acepta lo que su familia le pide, y trata de vivir una vida hogareña, disfrutando de las bondades de llevar a las hijas al colegio, y de un marido amoroso que es biólogo marino. El problema es que su verdadera pasión está más allá de las fronteras de ese pequeño pueblito, y su corazón lo sabe.

La película cuenta con una dirección de fotografía sublime, el personaje no merecía menos. Las transiciones visuales y sonoras, sobre todo en la primera parte de la película tienen un acierto y una simbología muy cuidada. La última parte de la película cae un poco en ritmo y fluye con menos levedad que la primera, sin embargo es una película con un guión y un planteamiento interesante.


Mención aparte merece Jueliette Binoche que asimila el personaje a la perfección, y le da sentido y humanidad en todo momento. Es una actuación valiente, pero no desde la valentía de Hollywood, esa en la que se disfrazan los actores y aceptan verse feos; esta es la valentía de los actores que no temen desnudar su alma ante la cámara, y escudriñar a fondo en el personaje hasta verle el hueso, para que nosotros también lo veamos.

Es una película recomendable, que plantea la diatriba entre el deber y la pasión, entre las varias versiones de lo correcto, entre los caminos y detonantes de la búsqueda de la felicidad.




miércoles, 26 de agosto de 2015

Restaurant Rialto: un regalo gastronómico en la Plaza Bolívar

Caracas se ha transformado en una ciudad caótica, endurecida y callosa que está muy lejos de ser la sucursal del cielo, como solía llamarse. Todavía guarda algo de su antigua lozanía, aunque con ojeras y despeinada. A pesar de no ser una ciudad de gran extensión, la dinámica actual de sus habitantes es bastante atomizada, las personas se desplazan poco, y algunos hasta desconocen el centro de la ciudad o sus lugares históricos.

La plaza Bolívar y sus alrededores han sido rehabilitados, atrás quedaron los tiempos de la esquina caliente y los buhoneros que abarrotaban el casco histórico de la capital. Actualmente, el sitio más cálido de la plaza es el restaurant Rialto, ubicado en el antiguo cine Princesa, que luego cambió su nombre a Cine Rialto, el primero en la ciudad en ofrecer funciones de cine continuado.

El restaurant es una propuesta completa de comida, estilo y servicio. Los chefs Patricia Oliveira y Christian Briceño, conjugan platos de la gastronomía internacional con sabores criollos que se traducen en una comida sincera y sin pretensiones. Los gnocchi de plátano en fondue de quesos criollos y tomate confit, el tiradito de cazón o los tortelonis de asado negro con tomates cherry son algunos ejemplos del concepto gastronómico del lugar.



El concepto se complementa con la vestimenta de los mesoneros que recuerdan la Caracas de antaño, y la vista a través de los ventanales que dan hacia la Plaza Bolívar. Se alcanza a ver la cima de la Catedral de Caracas y el Palacio de gobierno capitalino. Los precios son bastante aceptables y los productos de buena calidad.

La experiencia se puede completar con un paseo por dentro del antiguo cine Rialto al cual se entra por la planta baja del edificio, allí se paseará por los pasillos de uno de los primeros cines que dio el salto de cine mudo a cine sonoro, y que también fue pionero en la difusión de películas a color en el país. Remodelado por el arquitecto Gustavo Wallis, este edificio albergó la sala de redacción del diario Últimas Noticias y del semanario humorístico El Morrocoy Azul.

En la actualidad, continúa prestando sus espacios para la innovación y la creatividad, esta vez en el área gastronómica a través del restaurant Rialto, que el próximo 11 de septiembre cumplirá un año de funciones continuadas, ofreciendo a los comensales una propuesta valiente y honesta.

viernes, 21 de agosto de 2015

Una historia de fútbol, y alguna tregua necesaria

El mes de agosto es un mes muy esperado para los amantes del fútbol, pues es el comienzo de temporada de las ligas europeas, las cuales podrían catalogarse como las grandes ligas del fútbol. Quienes aman el fútbol, aman también el deporte y su historia, por eso y por todo lo que hoy se ve en los noticieros, este post es sobre una historia de fútbol y guerra que da esperanza.

En el año 1914, durante la Primera Guerra Mundial, a las tropas alemanas y británicas se les dio la Navidad en el campo de batalla, y en medio de una guerra que fue cruel por lo rudimentario del combate, y la gélida geografía belga de Ypres, soldados de ambos bandos demostraron más coraje y valor humano que durante toda la guerra.

Se conoce como la Tregua de Navidad, ese 24 de diciembre se suspendió la guerra en señal de respeto a las fiestas de nochebuena, y ambos bandos celebraron en contra de las órdenes de sus superiores quienes se oponían a la pausa. Sin embargo, como en los más angustiosos momentos es cuando se ve la verdadera grandeza de los hombres, no sólo la guerra se detuvo, sino que ambos bandos confraternizaron aquella noche, intercambiaron cigarrillos y whiskie (según cartas enviadas por algunos de los presentes) y hasta jugaron un partido de fútbol.



No era el mejor terreno, ni las mejores condiciones, pero sí era el mejor remedio. El fútbol es un remedio para los problemas de la vida porque nadie niega las ganas de ser mejor, se está en igualdad de condiciones y las reglas están claras y son iguales para todos. Claro que cualquiera puede decirme que un equipo con Messi no es igual a uno sin Messi, pero lo lindo del deporte es que –a diferencia de la vida- el equipo que tiene a Messi a veces pierde contra once vascos, y eso solo pasa en el fútbol.

Otra cosa que debería pasar en la vida, y siempre pasa en el fútbol, es que los Messi para ganar se tienen que esforzar, tienen que mejorar constantemente. El fútbol, y el deporte en general, tienen la maravilla de demostrarnos que debajo de las camisetas todos son iguales, todos buscan los mismo, y todos responden a estímulos: una liga, una copa del mundo, la admiración o la gloria. Asimismo, aquellos soldados descubrieron que esa noche, sin importar su nacionalidad, todos eran hombres fuera de casa, extrañando celebrar las fiestas con sus familias.


El fútbol solo pierde cuando los radicalismos y odios entran a la cancha, cuando la violencia se hace presente entre los aficionados y la rivalidad se lleva a otro nivel, cuando los problemas de la vida contaminan el deporte, porque para muchos el fútbol no es solo un juego, como dicen algunos para denigrarlo.

Cuenta la leyenda que el partido terminó 3 a 2 a favor de los germanos, otros dicen que la tregua duró hasta recibir el Año Nuevo de 2015, algunos la extiende hasta febrero. A cien años de esta historia, no estaría mal que los radicales islámicos que están destruyendo patrimonio histórico en Palmira y violando mujeres para acercarse a Dios, aprendieran a jugar fútbol.

martes, 18 de agosto de 2015

Ted 2 = + Ted

Vuelve a las salas de cine Ted, el oso mal portado de John Bennett (Mark Wahlberg). Esta vez la historia comienza con la boda de Ted y Tamy-Lynn, pocos meses después del divorcio de John. Como casi todas las secuelas, la película no sorprende en cuanto a planteamiento, puesto que ya sabemos que Ted es un oso que habla, es grosero, se droga y se mete con cualquier cosa sin un mínimo de censura, es decir, Ted es como Seth MacFarlane quien le presta su voz y su talento.

Ted es una excusa de MacFarlane para burlarse y hacer lo que le da la gana. En la primera parte, MacFarlane no dejó rincón de la cultura pop de los años 90 que no criticara; en esta película, le tocó a la cultura pop de la actualidad. La escena en el banco de donación de esperma es hilarante no, lo siguiente. Así como, cuando John y Ted van a sabotear a un grupo de stand up comedy que interactúa con el público, y a través de sus participaciones MacFarlane ataca temas de nuestro tiempo como Bill Cosby, 11 de septiembre, etc. Este también es un momento cumbre de humor al puro estilo Seth.En esta parte de la historia, el director y guionista coquetea sin disimulo con su gusto por los musicales, y le da a Ted su voz de cantante para hacer algunas transiciones. 


Seth MacFarlane en el estreno mundial de Ted 2

Amanda Seyfreid es la figura femenina de esta entrega, no es Mila Kunis, eso está claro pero hace grandes intentos por seguirle el ritmo a John y a Ted. Es quizás lo más bajo de la película, aunque no sería justo decir que lo hace mal, la verdad es solo que no es Mila Kunis, sin embargo, el director la hace cantar en un situación no muy coherente (pero recordemos siempre que esta es la película de un oso de peluche que habla) como diciéndonos “por eso es que la escogí a ella”.

Ahora bien, ¿de qué trata Ted 2? Bueno, pues la segunda entrega trata del debate de si Ted es persona o propiedad, y en esta discusión pasan un montón de situaciones y disparates propios de un capítulo de American Dad. Al final la película decae un poco cuando se dirige hacia el segundo juicio que Ted enfrenta para defender que no es propiedad, y que tiene alma y sentimiento como una persona. Los dos juicios se hacen un poco pesados por lo similares en dinámica y argumentos, definitivamente no son lo más cumbre de la película.

Ted 2 es una buena película si quien la va a ver entiende que es una secuela y que MacFarlane es un hombre de series, es decir, esta entrega es otro capítulo de Ted, o de Seth, no sabría decirlo. En conclusión, si usted no es fan de American Dad, le desagradó la entrega de los Oscar de 2013, y no amó la primera entrega de Ted, definitivamente escoja otra película, esta no es para usted.



lunes, 3 de agosto de 2015

Mission Impossible: Rogue Nation



Primera secuencia de la película
                          




Si cuando te enteraste de que había una nueva entrega de la saga Misión Imposible, pensaste: “¿otra más? ¿Qué más pueden hacer?” Quienes están a cargo de la película sabían que algunos lo pensarían, así que decidieron centrar la trama en cuestionar la vigencia y necesidad de la IMF (Impossible Mission Force) para así justificar la existencia de la película y de su protagonista, Tom Cruise, casi 20 años después del estreno (1996) de la primera película.

Es una buena historia, con giros interesantes y toques de humor, que hilvanan las escenas de acción; no es raro que la historia tenga peso propio y que el guión platee la duda ante la utilidad de una organización de este tipo en la actualidad, y de paso la utilidad del personaje, puesto que su director y escritor, Christopher McQuarrie, se daba a conocer como escritor de The usual suspects, tan solo un año antes del estreno de la primera película de la serie.

Las escenas de acción son fantásticas, de alto nivel técnico y con alta demanda física para el protagonista. Christopher McQuarrie, logra una mezcla entre guión y técnica en la que consolida la idea de la ratificar la saga, y del mismo modo ratifica a Tom Cruise como Ethan Hunt, todavía el actor tiene credibilidad para el personaje. Por lo general, las películas de acción tienen todo reservado para una escena. No es el caso de Mission Impossible: Rogue Nation, esta entrega es lo más parecido a una lista de posibles escenas de acción en una película. Escena imposible que ninguna lógica puede explicar. Listo. Escena de persecución en la vía pública. Listo. Persecución en autopista. Listo. Persiguen al protagonista. Listo. El protagonista persigue en motos de alta cilindrada. Listo. Lo persiguen los malos. Listo. Lo persiguen los buenos. Listo. El protagonista logra escenas que solo las condiciones mesiánicas del personaje pueden lograr. Listo. Y así tenemos el manual de una típica película de acción. Hasta un poco de diplomacia de Hollywood tiene, mostrando unos instantes de La Habana, Cuba, justo cuando empiezan a tener relación ambos países.

Lo que no es típico, y es donde se ve la mano del director y escritor, es en la banda sonora y en la fotografía. Las locaciones son bien tratadas por el director que le da un toque de modernidad a lo histórico, y de épica a lo moderno. La música es un punto aparte en la película, el director hace una defensa de la ópera y su poder, desarrollando de una forma muy lúdica una escena donde el protagonista pelea con dos francotiradores intentado evitar que disparen al Canciller austríaco. Todo esto sucede en las tramoyas del escenario del Viena State Opera, mientras los asistentes ven Turandot, la obra inconclusa de Puccini. Inconclusa como ha sido hasta el momento la captura del Sindicato, el enemigo que se ha vuelto una obsesión de Hunt, hasta tal punto que algunos de sus compañeros ha llegado a dudar la existencia de tal grupo.

En las películas de acción o de héroes, el villano es una buena parte de la película, puesto que en su definición también da forma al héroe. En este aspecto, el villano no está a la altura de otros elementos de la película. Al parecer, al director el pasado le juega en contra cuando muestra un villano metódico y estratégico, pero con ciertos rasgos que recuerdan a Keyser Soze, un gran villano, cuya grandeza se basaba en gran medida en que hasta el final no sabíamos quién era Keyser Soze, recurso con el que no cuenta Mission Impossible: Rogue Nation.

En fin, una buena película de acción que no se queda en lo meramente técnico, con un guión interesante, que ha sido renovada y que nos deja con la seguridad de que… este cuento no se ha acabado.