miércoles, 9 de diciembre de 2015

La santísima trinidad: cuando el fútbol es más que un juego

La historia y el fútbol son parte de la vida de millones de personas alrededor del mundo, algunos tratan el deporte como forma de evasión y manipulación de las masas, no sé si esto sea verdad, lo que sí creo es que la vida sin fútbol no sería mejor. Los grandes equipos de fútbol son un símbolo de identidad para sus seguidores, y estaban en nuestras vidas mucho antes de que la marca de un celular o un perfume definieran nuestro estilo y la tribu a la que pertenecemos.

El Manchester United es un ejemplo de club grande por su historia y por su estructura, sin embargo hay un suceso dibujado por la tragedia que lo marcó, y define aún hoy el carácter del equipo y de su fanaticada; porque los equipos son lo que son por sus aficionados, porque jugadores e inversionistas se compran, pero los fanáticos no se cambian por dinero.

El 6 de febrero de 1958 se escribió una de las páginas más tristes y dramáticas de la historia del equipo de Old Trafford. El Manchester United había disputado los cuartos de final de la Copa de Europa frente al Estrella Roja de Belgrado, y se disponía a regresar a casa, pero el avión donde viajaba el equipo se precipitó al suelo ocasionando la muerte de 23 personas, entre ellos la joven promesa inglesa Duncan Edwards.

La reconstrucción del equipo se realizó en torno a la figura de Bobby Charlton, sobreviviente del accidente. En los partidos siguientes, el club se vio forzado a subir jugadores noveles de las juveniles para cumplir con los siguientes compromisos; incluso, tuvieron que sustituir al entrenador mientras se recuperaba del accidente. La afición siguió llenando Old Trafford y arengando a jugadores que ni siquiera conocía, cuenta la leyenda que en uno de los partidos de la liga inglesa posteriores a la tragedia se entregó un programa de mano en blanco porque se desconocían los nombres de quienes estarían alineados.

Estatua a las afueras de Old Trafford
En el año 1962 se contrató por una gran cifra de dinero a Denis Law para ayudar a Charlton, y al año siguiente se completó la formación de la Santísima Trinidad con el debut del joven George Best. Este triunvirato goleador que significó una época en el club y en la historia del fútbol, marcó un total de 665 goles, y guió a los diablos rojos de la tragedia de Munich a ganar diez años más tarde su primer titulo de Copa de Europa.

Hace unas semanas, un periodista deportivo criticaba las grandes inversiones que hacen corporaciones árabes y asiáticas en los equipos europeos, porque en su opinión dañaban el fútbol y hacía que se dirigieran a públicos remotos que nada tenían que ver con su origen. Además, de ser un argumento intoxicado de complejos nacionalistas, es un razonamiento fuera de la realidad global e interconectada que vivimos. 

Entonces, según este planteamiento si en el año 58 hubiera habido forma de seguir la liga inglesa en China, y los seguidores del club en ese país hubieran lamentado esta tragedia y aupado al equipo en el camino a conseguir la Copa de Europa, la gesta hubiera sido menor por el origen de los fondos que la financiaron.

Los protagonistas siendo homenajeados

Este tipo de análisis tan limitado y local plantea un fútbol aislado de la dinámica mundial donde la gente se traslada de un país a otro y se comunica de forma inmediata; el fútbol es hoy una oportunidad para muchos niños latinoamericanos de salir de la pobreza o de entornos violentos. Hoy día, la liga inglesa es de las más competitivas e interesantes, justamente porque no participan solo ingleses; al contrario, la conforman un abanico de nacionalidades que la nutren y la fortalecen.

Cuando visité Bali en 2011, fuimos al mercado y Marcos tenía puesta una camiseta del Barcelona. Mientras atravesábamos larguísimos pasillos abarrotados de puestos de comida, ropa, accesorios, etc. las personas del mercado, que ni siquiera hablaban inglés, nos repetían nombres como Iniesta, Xavi, Messi, Guardiola y Visca Barca con total naturalidad. 

Los clubes grandes serán aún más grandes cuando sean el sueño de cualquier niño del mundo y tengan la oportunidad de conquistar su sueño. A los equipos los definen su historia y su filosofía, no el color o la nacionalidad de quienes juegan. 

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