Terminó la temporada de fútbol español, aunque falta la Supercopa que se jugará entre el Real Madrid y el Barcelona. Estos partidos no sustituirán las ganas que tenían algunos de ver una final de Champions entre ambos, pero le dará la oportunidad a algún periodista de hacer su culebrón, en la excelentísima prensa deportiva española que cada día pinta más rosa.
Real Madrid y Barcelona pudieron estar en la final de Champions pero no estuvieron debido a que a veces el árbitro juega, y siempre la prensa juega. Por este motivo se mataron en un partido inútil en Barcelona, que no iba a cambiar la liga, en la que no se jugaban nada, pero que había que jugar al máximo para darle el gusto a la provincia. Si el Madrid ganaba la Liga sin ganar al Barca, no faltarían los expertos que dirían que era un premio agridulce. Si el Barca era racional y asumía que el partido daba igual y que había que guardarse porque no estaba asegurado el pase contra el Chelsea, saldrían las aves negras a decir que era imperdonable que un equipo como el Barca hiciera eso. Como si ellos tuvieran la potestad de perdonar o no al Barca.
Entonces, provincianismo de por medio, lo dejaron todo en Camp Nou y quedaron ambos fuera de una competición importante. Lo que no evitó que los criticaran a ellos a los rivales y todo el que encontraron. Lo único que no escuchamos de los especialistas fue que tener una Liga de dos equipos y el resto tiene su precio. Lo que escuchamos es que el Chelsea ganó, pero sin vistosidad, porque se encerró atrás. Es cierto que el Chelsea se encerró atrás, pero no es menos cierto que la mitad de los equipos de la Liga se encierran atrás cuando juegan frente al Barcelona. La diferencia es que el Chelsea marca de una manera magistral, y que los jugadores juegan donde son necesarios sin importar cómo se llamen.
Por su parte, el Madrid pierde porque es un equipo muy físico que no tiene contrincante en ese aspecto en la Liga, los equipos que salen a jugarle no aguantan el ritmo más de veinte minutos, pero ese no es el caso del Bayern, los alemanes jugaron al mismo ritmo desde el primer minuto hasta el final, y no se acabó el juego en el tiempo reglamentario porque siempre está el gran Casillas, que cuando comete un error es crucificado, pero que cuando para dos penalties no se saca en hombros.
Finalmente, cuando los analistas hablen más de fútbol y menos de declaraciones, cuando importen más las acciones de los equipos que donde pasan las vacaciones los futbolistas, y cuando tenga alguna consecuencia inventar posibles fichajes y cuentos de camino para llenar páginas cuando no hay temporada, entonces se discutirá que con cantera o sin cantera, hay dos equipos ricos que están haciendo lo que les da la gana, pero que están cerca de perjudicar al fútbol o a ellos mismos, que debería ser lo mismo.
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