domingo, 2 de septiembre de 2012

La propiedad privada ¿es sagrada o no?

Hace unos días escuchaba a un “catedrático” opositor del Zulia, que no recuerdo como se llama y nunca había visto antes, vociferar sobre la trampa que suponía para los damnificados el otorgamiento de viviendas sin título de propiedad. Continuaba diciendo que esta estafa del gobierno, implicaba que no podrían vender las viviendas, y que por lo tanto no saldrían beneficiados.

El ruido de esta declaración me dejó en un estado de trance en el que pasó por delante de mí una cantidad de noticias e informaciones mediante las cuales se defendía la propiedad privada, e incluso se hizo una propaganda de una carnicería que podría ser expropiada para defender que la propiedad era sagrada y millones de etcéteras.

Entonces, cómo es la cosa, la propiedad ¿es sagrada o no es sagrada? Porque si a todos los que están en la calle se le da un título de propiedad, entonces nos estamos casi burlando de aquellos que se esfuerzan y pagan sus créditos hipotecarios, y ahorran para conseguir sus viviendas con mucho sacrificio.

Segunda pregunta, ¿por qué van a querer vender la casa? O es que vamos a volver a la época en que con la renta petrolera de todos los venezolanos, y con el pago de impuestos de todos, se le otorgaba a quienes lo necesitaban una casa, que vendían en dos meses, para volver a hacer un rancho en la misma zona donde habían quedado damnificados. ¿Solo yo me acuerdo de esos casos?

Tercera pregunta, ¿por qué no proponen un plan de pago en cómodas cuotas del costos de esas casas que todos hemos pagado? Así de una vez por todas se enseñaría a pescar y no estaríamos siempre dando el pescado, frito, servido y con arroz y tostones.

No me es muy difícil encontrar la respuesta a estas preguntas, este señor que gracias a Dios no recuerdo su nombre, sabe que si enseñamos a pescar a la gente, lo más probable es que exijan políticos con más altura y preparación, y en ese caso él quedaría fuera de lugar. Por eso defiende el viejo modelo, porque es fácil, y porque él no es socialista, revolucionario, porque no tuvo chance de “enchufarse”, y porque su ideología es tan pobre que tan solo consiste en oponerse a cualquier cosa que su enemigo diga o haga.

Finalmente, aprenderemos a pescar cuando queramos aprender a pescar, y mientras queramos ser cómodos y que nos sirvan el pescado, no faltará quien lo haga. Ahora, no pretendamos que lo hagan de gratis.

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