sábado, 31 de marzo de 2012

La Dama de Hierro no es emotiva, ¿y?


La Dama de Hierro
Leo críticas sobre La Dama de Hierro, la última película de Meryl Streep, que dicen que la actuación es fabulosa, pero que la película no trasmite emocionalidad, y por lo tanto no entretiene. Es cierto que la actuación es de gran nivel, y que las emociones están reservadas al personaje del esposo de Margaret Thatcher. Para mí, que no pertenezco a la crítica –gracias a Dios- la clave de la película está en la escena entre Thatcher y el médico, cuando ella lo increpa y le dice que no le pregunte cómo se siente porque eso no es real y no importa, que le pregunte por sus ideas, por sus pensamientos.

Entre los pensamientos de la ex Primer Ministra está la idea de que los Estados no deben hacerse cargo de la gente, salvo en situaciones específicas, y que cada quien debe ser responsable de sí mismo. Una idea obviamente impopular pero tan cierta como que llueve de arriba hacia abajo.

La verdad es que si no se sabe quién es Margaret Thatcher y lo significa para la historia del siglo XX es mejor no ver la película, porque la película al igual que su protagonista es dura e inconveniente, a veces para bien, a veces para mal.

Al Primer Ministro, Cameron, no le gustó que apareciera Margaret Thatcher en el estado en que se encuentra actualmente, es decir, demente senil. Lo que quiere decir que a Cameron le desagrada el estado en que se encuentran gran parte de nuestros ancianos. Para Cameron es mucho más fácil esconderlos y no pensar en para qué vivir más, para qué sirve alagar la esperanza de vida si no se alarga la calidad de vida.

Hay otra reflexión brillante de la Thatcher sobre las bases de la civilización occidental, afirma que Europa basa sus creencias en su historia, y que los Estados Unidos se basan en su filosofía y en lo que pueden llegar a ser. No duda en asegurar que Europa tiene mucho que aprender de los norteamericanos.  Ignoraba Margaret que Europa, 20 años después, no habría aprendido nada, y que por el contrario hay un gigante asiático que aprendió mucho y lo aprendió bien.

Temo que lo que molestó a Cameron fue no tener el valor de tomar decisiones impopulares pero necesarias, no tener carácter como para que le hicieran una película años más tarde. Creo que no debería ser tan duro con él mismo, llenar el puesto donde estuvo Churchill, Thatcher o Blair no es fácil, porque derrotar a Hitler, gobernar durante la guerra fría o pacificar Irlanda ya pasó, ya fue. Sería mejor dejar de darle la razón a Margaret y empezar a construir lo que pueden ser. Claro para eso también hacen falta un buen par de cojones.

Pues sí la película no es muy emotiva, el personaje es puro carácter y pensamiento, pero yo agradezco y me emociona que me hagan pensar.

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