martes, 13 de octubre de 2015

Este no es mi Peter Pan

El primer libro 3D que tuve fue uno de Peter Pan, podía pasar horas leyendo y jugando con ese libro cuando era pequeña. Neverland era un lugar de ilusiones y sueños donde todo era posible, incluso no crecer, un mundo de hadas y otros artificios. Había villanos, por supuesto, pero la certidumbre de la superioridad del bien contra el mal, hacían de Neverland un lugar seguro.

En esta nueva versión de la historia, en la que la oferta es que te contarán lo que no sabes de la historia, queda uno con la sensación de que estar en Neverland es peor que estar afuera. El villano busca la eternidad (motivación bastante manoseada ya), y las hadas son casi cosméticas. Hay una alusión innecesaria a la Segunda Guerra Mundial, que a medida que se desarrolla la película, parece más una excusa para mostrar un bombardeo, y sus efectos especiales, que algo necesario para la historia.

La actuación del protagonista es rescatable, tomando en cuenta que es casi el único personaje que no está disfrazado como en un desfile ochentoso de Versace. Sin embargo, la película deja sabor a poco hasta la mitad, y sabor a demasiado de la mitad hacia adelante. Hay un momento en el que el derroche estético satura, y lo peor es que prácticamente nada está pasando. Barcos que vuelan, puertas sensacionales que solo el protagonista puede abrir, pero que dentro de la historia no llevan a ningún lado.

Barbanegra
La banda sonora que se mueve entre el punk y el grunge con una incoherencia pasmosa se suman a la lista de estilos mezclados con una esquizofrenia que solo el director es capaz de comprender (Joe Wrigth). Los efectos y la narrativa no tienen ningún tipo de equilibrio, dando como resultado una película vacía, oscura y dramática que no corresponde a la esencia original.

Este no es el Peter Pan de esperanza, donde todo es posible, y donde lo único que importa es el presente, entre otras cosas porque lo predecible del futuro está en el camino abierto para la parte de dos. Al igual que en Maléfica, me quedo pensando que quizás no conocíamos esta parte de la historia porque no es importante conocerla.

Garfio y Peter Pan

Finalmente, recordé un almuerzo con mis hermanas en el que se empezó a hablar de los reality shows famosos: en qué consistían, qué se ganaban y quiénes participaban. Al cabo de un rato callada, mi mamá preguntó: Y esos programas, ¿para qué sirven?. El silencio fue absoluto, nadie fue capaz de responder una pregunta tan simple como pertinente. Si alguien hiciera esta pregunta después de ver la nueva versión de Peter Pan, obtendría la misma respuesta.

Barbanegra y Peter Pan

2 comentarios:

  1. Me sigo quedando con Hook que si bien tampoco es una adaptación fiable, hacen lo que les da la gana con el clásico, ya lo saben bien quien la ha visto, la disfruto y mucho.

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    1. Es cierto, Maridelibro, para mí también es mejor que la nueva versión

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