Tengo bastante tiempo sin escribir en este blog, y no podía hacer un regreso distinto, tenía que escribir sobre el partido de moda: Podemos. Me animo a escribir algo, luego de las elecciones andaluzas, porque entre otras cosas dieron un resultado súper divertido. Después de descubrir casos de corrupción y cosillas feas, el PSOE fue “digno” ganador; el PP como es normal en un partido que insiste en limpiar la casa mientras se está cayendo el techo, retrocedió; Podemos después de tanta publicidad gratuita que le han hecho quienes lo odian, entre ellos muchos perfiles de Facebook venezolanos que al parecer no tienen muchos amigos en Andalucía, no le fue mal; por último, Ciudadanos, con menos aspaviento y dinero que Podemos, logra un numerito nada despreciable; por último, literalmente, Izquierda Unida que es ese partido gracioso al que siempre le va mal, cada día lo hace peor, pero no desaparece porque un puesto en España siempre es ganancia, y para qué tener vergüenza, si pena son dos letras y lo demás es na.
Lo más gracioso son los indignados de Twitter, están molestísimos porque la gente no castigó de forma más severa a los partidos tradicionales. Estos intelectuales cibernéticos aseguran cosas como “la gente no aprende”, “por eso estamos como estamos”, y cosas por el estilo. Pues, resulta que hasta el momento la gente pareciera estar más clara que estos genios, la gente pareciera saber que el cambio de caras no garantiza cambio alguno, porque el problema no son las caras, el problema es el sistema. A menos que elijan santos o gente muy pura y buena, en las condiciones que está planteado el juego político en España, quien llegue al poder se comportará de la misma manera, o peor, porque siempre se puede estar peor, sépanlo.
Por otro lado, no es tan grave que el tema de la casta, hasta ahora, no haya calado tanto. De hecho, parece la gente estar clara también de que el ciudadano común no es ajeno a la corrupción, porque la cantidad de gente que cobra en negro es monumental, la gente que valoró los inmuebles con un monto superior, con apoyo de los bancos, para pagar vacaciones, muebles y carros no es poca. Así que es bueno, que la gente esté más clara que Pablito, que apunta con el dedo a la casta mientras él forma parte de la casta mayor que hay en el país, la de los funcionarios públicos.
El mensaje de la gente, repito, hasta el momento, pareciera claro y lúcido: no le vamos a dar un cheque en blanco a estos nuevos actores políticos, porque nos dicen poco y en la mayoría de los casos lo único que nos dicen es que los que están ahora son muy malos, cosa que ya sabemos. Pero le vamos a dar un poquito de fuerza para que los de siempre no estén tan cómodos como estaban cuando se cambiaban el poder cada cierto tiempo. Es decir, la gente no castigó a los partidos tradicionales pero les metió el miedo en el cuerpo.
El momento estelar
Ahora bien, el momento estelar de estas elecciones no fue que dos fuerzas políticas “nuevas”, si es que ofrecer progresismo (Ciudadanos) y un vengador con coleta (Podemos) se pueden catalogar de innovadores en política; no fue tan llamativo el hecho de que las fuerzas que interactúan estén más balanceadas, la gran noticia al otro día fue que Pablo Iglesias y Tania Sánchez ¡ya no son pareja! Y así llegamos al llegadero, así vemos como la prensa rosa es la dueña del periodismo español, y como el cotilleo es producto nacional.
Me voy a meter en este modo peluquería para preguntarme: chica, ¿terminaron justo el día de las elecciones? ¿O el día antes? ¿O tienen un sentido de la oportunidad muy conveniente para generar noticia? Porque el diario El Mundo anunció la ruptura hace semanas, y Pablito se burló con su tonito soberbio de siempre, fue muy vehemente negándolo, porque claro no era el momento, y no le convenía la noticia así. ¿Será que hay otras cositas que no dice pero las piensa, y también nos las comunicará cuando crea conveniente? Pues, ya lo sabremos, tiempo al tiempo, lo que sí está claro es que Pablo sabe de marketing.
Fin del espacio publicitario
Es posible que las elecciones andaluzas no sean un termómetro confiable de cara a las elecciones generales, sin embargo, no se debe despreciar la capacidad de organizarse de estas nuevas fuerzas políticas que ya están en el poder gracias a estas elecciones. El bipartidismo tiene mucho por hacer, y estas nuevas fuerzas mucho que rectificar para lograr mayores avances.
Como no podía ser distinto hay una nueva moda en los venezolanos: advertir a los españoles de lo que les pasará si votan por Podemos, basados en la experiencia venezolana. No caeré en esto, entre otras cosas porque me parece inútil, puesto que recuerdo perfectamente cuando a los venezolanos nos decían que seríamos como Cuba y no lo creímos. Ignoramos toda advertencia porque había que castigar a los partidos tradicionales, porque éramos soberbios y creíamos que era imposible que nos pasara eso, y porque somos un país rentista que nos encanta que el Estado nos dé cosas para no tener que esforzarnos. Yo no le diré a España si vive un proceso semejante o no, eso lo sabremos en las próximas elecciones que están muy próximas.
Mientras tanto hay gente que sigue por esa senda haciendo programas como En Tierra Hostil, yo por sanidad mental no lo veré, no porque crea que mienten sino por todo lo contrario, y porque ya tengo bastante con vivir aquí, como para ver en la tele lo que veo en la calle. Lo que es claro, es que ese programa es para españoles y para que no voten por Podemos, para que agarren susto. Ahora bien, ¿son tan mediocres los políticos españoles que no logran desmotar un discurso tan anacrónico y básico? Bueno, sí es así, es claro que Podemos no está allí por sus méritos sino por la ineficiencia de sus contrincantes.
Lo único que sí diré es que a esa gente que hizo el programa fulano no le importa tanto Venezuela, no me engaño con eso, y creo que ellos tampoco tenían intención de engañarnos, porque si esa cadena de TV tuviera interés habría dicho algo cuando su ex Ministro Moratinos le vendió armamento a Hugo Chávez, y al otro día fue a venderle a Álvaro Uribe haciéndole ver que un posible conflicto entre ambos países estaba en puertas. El señor Moratinos también esperó un día entero para reunirse con Chávez, porque el presidente estaba celebrando su cumpleaños, y luego aseguró que en Venezuela existía una libertad de expresión “suficiente”, es decir, para nosotros con eso bastaba era lo que quería decir. Rajoy, por su parte, en campaña aseguró que defendería los intereses de los españoles en Venezuela, pero cuando llegó al poder cambió la cosa, y ni el consulado apareció cuando expropiaron Agroisleña, Friosa, entre otras empresas pertenecientes a españoles. Así que cada quién juega su juego, como debe ser.
Yo no tengo creo que España deba hacer algo para solventar una situación que hemos buscado los mismos venezolanos, de hecho creo que cada quien debe solucionar sus propios asuntos. Lo que sí me queda claro, es que de igual forma, si llevan a Podemos al poder, si se lanzan a esa aventura de creer que nada puede ser peor de lo que tienen, y que el castigo a políticos tradicionales es una motivación que dará buenos resultados, cuando lo quieran sacar de allí, estarán tan solos como nosotros, y no será inmerecido. Tampoco es seguro que de elegir a Podemos tendrán los mismos resultados que nosotros. Ecuador, Bolivia y Nicaragua son afectos a esas ideas y no viven exactamente las mismas penurias. Eso sí, gane Podemos o no las próximas elecciones, está claro que el panorama político de ese parlamento promete diversión, y se avizora mucho más interesante y equilibrado de lo que hemos visto hasta ahora.
PD. Hasta aquí la publicidad gratuita a Podemos, pa la próxima Pablito, no hay almuerzo gratis.
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