El Ministro venezolano de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, ha declarado en Doha -donde participó en una reunión de países productores de gas natural- que su administración considera que “el precio justo del petróleo es de 100 dólares (el barril), y consideramos que la economía mundial soportará ese precio”.
Esta declaración es realizada luego de un año en el que el barril de petróleo ha promediado los 80 dólares. Precio lejano a los $147 en los que estuvo hace unos años, pero también muy lejos de aquellos $8 dólares en los que estaba durante el gobierno del fallecido Rafael Caldera, por ejemplo.
El ministro Ramírez pertenece y ha defendido en varias ocasiones a la administración actual del Estado venezolano, incluso no se ha opuesto a las expropiaciones que se han llevado a cabo bajo la bandera de acabar con la especulación. Los hipermercados Éxito y Cada, fueron expropiados al Grupo Casino debido a que especulaban con la ganancia, y eso no es de patriotas, socialistas, antiimperialistas, revolucionarios, etc.
En ese sentido, podemos hacer un cálculo rápido: el costo de un barril de petróleo no supera los $20. Si el precio propuesto por el ministro son $100 por barril, éste propone una ganancia aproximada de 400%. Entonces, ¿cómo deberían actuar los países que dependen de la compran de nuestro petróleo? ¿Deberían expropiar Venezuela o la OPEP por especuladora? ¿O es que la especulación solo es mala cuando no especulan los “rojos rojitos”?
Esta afirmación, sin duda, pone en peligro las aspiraciones de la señora Eva Gollinger de que el modelo socialista que se impone en Venezuela sea la salvación de la humanidad como dijo en su reciente discurso en la Asamblea Nacional. A menos que como en la canción de Serrat estén “locos por salvarnos la vida, a costa de cortarnos el cuello”.
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