martes, 15 de febrero de 2011

Por un rancho digno

El vicepresidente de la República, Elías Jaua, es uno de los hombres más divertidos del gobierno. Aunque parezca a primera vista una tarea fácil, no lo es, si recordamos que antes de él ese cargo fue ocupado por personas de la talla de Adina Bastidas, Diosdado Cabello, José Vicente Rangel, Jorge Rodríguez, Isaías Rodríguez o Ramón Carrizales.

En días pasados tuvo la difícil labor de defender las expropiaciones de 47 tierras ubicadas al sur de Lago de Maracaibo. (A estas alturas no sé si son expropiaciones o robos, no sé si es verdad que pagan o no. En lo particular a mí me expropiaron las ganas de hacer cosas y no me las pagaron, pero no importa porque tampoco sé lo que valen).

Una de las primeras razones para expropiar era acabar con la esclavitud en la que vivían los trabajadores, a quienes hoy se les garantiza el pago del sueldo mínimo. (Toda una muestra de superación y mejora).

Por otra parte, el Vicepresidente aseguró que con las expropiaciones estaban protegiendo a las hijas de los trabajadores, debido a que en algunas haciendas existía la costumbre de que el patrón podía “poseer” a estas chicas como un derecho. (¿Poseer como un espíritu?)

Bueno, lo importante no es eso, o eso creo. Lo importante es que el Vice-presi dijo que podían expropiar porque esas tierras no las había otorgado el Estado, y eso sí me preocupó porque pensé que en cualquier momento Elías se va a poner a expropiar los ranchos, y eso sí que no me parece. Porque los ranchos de nuestro bello país, no solo están casi todos en zonas de alto riesgo, sino que nadie le adjudicó a sus habitantes esa tierra. Entonces, en cualquier momento pasarán las autoridades por ahí y empezarán a expropiar primero los de tres pisos, luego los que tienen anexo, y así hasta que se vayan contra los de lámina de zinc, etc.

Por eso hago un llamado al gobierno para que aclare este asunto y a los habitantes de nuestra hermosa Venezuela se nos garantice el derecho a un rancho digno, porque el Guaire no alcanza para tanta gente.

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