domingo, 24 de febrero de 2013

Día 6: Cuernavaca – Taxco


Es el último día de tour, vamos a Cuernavaca a ver “la ciudad de la eterna primavera”, hacemos una parada corta que no podía estar libre de la entrada a una iglesia, tomamos un café y un dulcito, y nos enrumbamos camino a Taxco, la ciudad de la plata.
Llegamos a Taxco sobre la hora del almuerzo, bajamos del autobús y nos disponemos a subir calle arriba hasta la iglesia del pueblo. Se unieron tres venezolanas a esta excursión, no han parado de hablar durante todo el camino, pero a mitad de subida van totalmente calladas, y con la respiración agitada como si hubieran corrido 10K. Me reí internamente, si hubiera sabido que eso era lo que hacía falta, le hubiera dicho al guía que las mandara a pie.
Entramos a una iglesia y nos echan el cuento, resulta ser que el hombre más rico del pueblo comerciaba plata, entonces no de sus hijos decidió convertirse en sacerdote, y el señor decidió hacerle su propia iglesia. Luego, el Vaticano no quería aceptar esa iglesia porque no la habían hecho ellos, pero luego de varias conversaciones llegaron a un “acuerdo”. Quizás esto sea una historia particular para un holandés, canadiense o alemán, pero para un latinoamericano es completamente familiar.
Después del almuerzo, el guía nos da a entender que nos llevará a una venta de joyas y objetos de plata porque la agencia que contratamos lo exige, pero que como él es del pueblo conoce otro sitio que es más barato, así que compremos donde él nos dice. Todos somos venezolanos, entendemos al instante, y hacemos lo acordado.
Volvemos al hotel de noche, bajamos a comer al restaurant y a dormir. Hay consenso en que no nos levantaremos al otro día antes de las 9 de la mañana, que lo único importante es no perder el desayuno.

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