Durante mucho tiempo pensé que la mayoría de la gente quería ser médico, abogado, ingeniero, o cualquiera de esas carreras serias. Sin embargo, en las últimas semanas me quedo con la idea de que la mayoría de las personas querían ser periodistas, o por lo menos sospecho que creen que ser periodista es sencillo y lo puede ejercer cualquiera. Es cierto que cualquiera puede serlo, porque los periodistas no son seres especiales, ni elegidos –como algunos periodistas creen-. Aunque la verdad, es que los buenos periodistas son bastante pocos en relación a la cantidad de graduados, entre otras cosas porque los buenos periodistas son incómodos, casi para todos los sectores de cualquier realidad nacional.
Ahora bien, como yo creo en el periodismo ciudadano, y creo en los aportes que pueden hacer a través de la redes sociales, instrumentos tan democráticos en estos días, aquí van unos consejitos para que usted se aleje un poquito de ser un mal periodista. Lo primero que usted debe saber, querido aprendiz de periodista ciudadano es que no toda información que recibe es importante o noticiable. Usted debe hacer el ejercicio previo de analizar si la información cumple con los criterios de noticiabilidad. ¿Criterios de noticiabili… qué? Sí, Periodismo I, primera clase, no todo lo que a usted le importa, le importa a los demás; no todo lo que usted sabe, lo deben saber los demás. Así que evalúe:
- Actualidad o inmediatez: cuanto más reciente haya sido el suceso más noticiable.
- Magnitud: cuántas personas son afectadas por el hecho, como para comunicarlo.
- Proximidad: cómo afecta a nuestro público la noticia, claro para eso usted debe saber cuál es su público.
- Espectacularidad: esto se refiere a lo inusual, pero también a lo morboso, así que mosca con el amarillismo, recuerde que los muertos tienen familia, por ejemplo.
- Comprensión: análisis de lo que hay detrás de un hecho, relación de una situación con un problema mayor (aquí se empieza a complicar la cosa, lo sé).
- Periodicidad: se pueden hacer noticiosos sucesos pasados o lejanos, pero hay que tener elementos nuevos para que sean noticiables en el momento.
- Carácter de la fuente: a veces no es tan importante lo que se dice como quién lo dice, pero hay que verificar que lo dijo.
- Exclusividad: ser el primero en decirlo es importante, pero entienda que si la noticia está mal informada o carece de veracidad, la exclusividad no importará.
- Conflicto: lo que causa tensión siempre causa interés, pero usted que ha decidido emitir información debe tener responsabilidad y de ninguna manera ser causante de tensiones.
Ahora bien, ya que usted ha aprendido la carpintería, debe saber que el oficio del periodista se basa en la duda y en la anticipación. Si los periodistas fueran simples replicadores de información, las grabadoras y las cámaras de video serían periodistas, sin embargo, cuando un periodista –como usted aspira a ser- recibe una información debe anticipar las consecuencias de informar, verificar si es cierto lo que recibe, y sobre todo, pero sobre todo, debe preguntarse si publicando esa información está beneficiando a algún grupo de poder, sector, o personaje. Es decir, antes de difundir información, usted, periodista entusiasta, debe preguntarse si está siendo un tonto útil. Le juro que no la tengo agarrada con quienes tienen mi Facebook y Twitter plagado de imágenes de Egipto que supuestamente ocurren en Lara; o cadenas humanas que ocurrieron en Cataluña y adjudican a Táchira; o muertos con los sesos derramados sobre una acera. No, de hecho, los veo con mucha admiración por la tarea que quieren cumplir, a quien veo con mucha lástima es a los que en 5 años de universidad no aprendieron ni siquiera la receta que antes escribí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario