viernes, 14 de octubre de 2016

Trump y su locker room talk

El segundo debate para optar a la presidencia de los Estados Unidos de América fue aún más divertido que el primero, un circo absoluto, con un nivel de bajeza política increíble. Los que llevamos años viendo debates presidenciales nunca habíamos visto algo así, y vaya que hemos visto guerra sucia. Primero, la campaña de la señora Clinton sacó un vídeo, de hace más de una década, en el que Trump habla mal de las mujeres y dice que hace cosas a las mujeres sin que ellas quieran porque es una celebridad y se lo permiten. 

Al parecer, esto es más grave que decir que todos los mexicanos que van a los Estados Unidos son violadores y delincuentes, porque este vídeo lo ha perjudicado, y sus comentarios racistas lo encumbraron a la candidatura republicana. Trump no encajó bien el golpe e hizo algo predecible: atacar a Bill Clinton por los inconvenientes que le ha traído su bragueta a lo largo de su carrera política. Una hora antes del debate, yendo contra toda costumbre y protocolo se apareció con cuatro mujeres que acusan a Clinton de haberlas acosado sexualmente. Una de ellas, por cierto ha cambiado su testimonio en varias ocasiones, así que parece que a veces se acuerda y a veces no. 

El vídeo de Trump y las mujeres que denuncian habían caldeado el ambiente bastante, sin siquiera haber empezado el debate, lo que ocasionó que los candidatos no se dieran la mano al inicio, como lo habían hecho en su primer encuentro. En este debate Trump fue dispuesto a todo, y Hillary no. Ella intentó cumplir la máxima de Michelle Obama, intentó ir alto cuando él iba bajo, pero el resultado fue un debate absurdo en el que cada uno hablaba de una cosa, ella trataba de explicar su plan de gobierno mientras él sacaba cosas del pasado sin explicación, y por eso todo se tradujo en un circo lamentable. 

Conclusión: cuando intentas detener a alguien que está cubierto de mierda tienes que tocarlo, y en el mejor de los casos solo se te ensuciarán las manos. No hay escapatoria.

El punto crucial

Si por algo será recordado de este debate, ojalá que no, será por el momento  en el que Trump amenazó a Clinton con meterla en la cárcel si él llega a ser Presidente. Y este es el punto donde Trump demuestra quién es y cuánto desconoce el cargo para el cual se está postulando. Suena fantástico cuando dice que él hará América tan grande como su empresa. El detalle es que un país no funciona como una empresa, y al parecer, Trump desconoce esto. 

No es cierto que él personalmente enviará a un fiscal a investigar a Hillary Clinton por su desempeño como Secretaria de Estado. Esto ni sucederá, ni se lo permitirán, si tuviese esa idea loca estando en el poder, porque el poder judicial actúa de forma independiente, no está ahí para satisfacer los antojos y placeres del poder ejecutivo. Prueba de esto es que Hillary ha sido interpelada bajo la administración Obama, para la cual trabajó.



Por otra parte, este ataque reflejó que Donald Trump no cree en la justicia, ni en el  debido proceso o la independencia de poderes, ni en nada más que hacer su voluntad. Terminó diciendo que él la enviaría a la cárcel, es decir, Trump ya ha juzgado y sentenciado a Clinton. Así como en su reality show cuando despedía a alguien, así cree él que se gobierna, hasta ese punto llega su desconocimiento del cargo que aspira.

Creo que Trump ganó el debate, no por su plan de gobierno que en este encuentro brilló por su ausencia, sino porque se dedicó a cortar paso a Clinton, a no dejarla exponer y esto fue un acierto. Sin embargo, según las encuestas, enfrentar el debate como una pelea de boxeo y no como un momento para conquistar seguidores, no ha sido beneficioso para el señor Trump. Según las más serias encuestadoras va entre ocho y once puntos por debajo de la señora Clinton.

Ahora bien, aunque para muchos es casi música celestial escuchar los números de las encuestas, da la impresión de que es una diferencia muy grande para lo que ha pasado. Da la impresión de que si Trump ha bajado en las encuestas tanto como dicen, está más relacionado con no pagar impuestos y con no tener mucha idea de ciertos temas que con ser machista o abusivo con las mujeres. No da la impresión de que quienes votarán por Trump le den mucha importancia a esto, o digan cosas muy distintas de las mujeres cuando se reúnen con sus amigos en su locker room talks, puesto que no se despeinaron cuando atacó a otras minorías.

Conclusión: creo que aunque las encuestas en los Estados Unidos de América tienen antecedentes de ser bastante acertadas, y seguramente haya perdido puntos últimamente, muy buena parte de los votantes perdidos por Trump han migrado a un voto oculto que no quiere confrontaciones ni problemas por decir que va a votar por alguien que muchos creen impresentable.


jueves, 29 de septiembre de 2016

Este lo ganó Hillary, pero…

Los debates presidenciales de los Estados Unidos siempre generan interés, sin embargo el debate del pasado 26 de septiembre generó especial curiosidad tanto en el público norteamericano y como en el público extranjero. La razón principal son sus candidatos, quizás los peores candidatos desde hace bastante tiempo, pero también –irónicamente- los más interesantes.

La señora Clinton obtiene la candidatura con una cantidad de errores en su administración como Secretaria de Estado, que otros no hubieran podido sobrellevar. El señor Trump llega con una cantidad de demandas, evasiones tributarias e insultos a grupos minoritarios que a otros candidatos hubieran enterrado en el olvido. Sin embargo, allí están, Hillary llegó contra viento y marea, y contra Sanders; y Trump llegó contra los latinos y 16 aspirantes a la candidatura republicana, o quizás, gracias a 16 mediocres aspirantes que le hicieron el camino bastante sencillo.

El debate
El show del lunes 26 de septiembre fue entretenido, tuvo momentos intensos donde cada uno mostró sus cartas, aunque no todas porque lógicamente faltan dos debates. Si hubiéramos visto el debate sin sonido, el mero lenguaje corporal mostró a un Donald Trump excesivamente gestual para la televisión, que aunque se contuvo en lo verbal, no pudo evitar verse amarrado por un formato en el que no se sentía cómodo. En cambio Hillary, que suele desafinar por debajo, a la que le falta emocionalidad, incluso a veces humanidad, tuvo una puesta en escena perfecta: ropa adecuada, maquillaje y peinado perfecto, pocos gestos que la hacían lucir en control de la situación, y una sonrisa permanente ante cualquier ataque de Trump.

Clásico apretón de manos entre candidatos

El inicio del debate fue sobre economía, y Trump tuvo su momento estelar de la noche, posiblemente a Clinton le dijeron que lo dejara hablar para que se enredara solo, pero no se enredó, la idea de que se han ido trabajos de EEUU es poderosa y él la sabe usar. Además, Trump usó su propia experiencia como empresario para vender la idea de que el éxito que tiene como persona, será el que tenga el país con él como presidente. Hillary en esto no lo perdonó y le brincó al cuello diciéndole que su fortuna y éxito se debía en gran medida a un préstamo millonario que el padre de Trump le había dado en la década de los setenta. Esto hirió a Trump en su ego, que no es poca cosa, y se le vio descolocado. Fue un buen ataque de Hillary, pero tardío, en próximos debates no es una gran idea dejar a Trump lucirse tanto en lo relacionado a lo medular de su campaña.

En el tema racial ambos coincidieron en varias cosas, pero este tema siempre suele ser liviano en los debates, se dicen un montón de tópicos que no se llevan a la práctica y todos quedan bien. Cuando todo parecía estar en paz, Hillary le dijo a Donald que él había sido demandado por no alquilar inmuebles a afrodescendientes, y la explicación de Trump fue francamente confusa.

Cuando Trump fue atacado por no mostrar su declaración de impuestos, reaccionó y volvió al debate con una vuelta inteligente, sacó el tema de los correos electrónicos que Hillary borró como Secretaria de Estado, y salió airoso, fue una salida victoriosa que terminó con Clinton asumiendo su error y pidiendo disculpas.

Ahora bien, cuando llegó la parte de política exterior Trump recibió una paliza, estuvo callado durante largos períodos, pero sospecho que no porque no tuviera algo que decir, porque callar a Trump no es cosa fácil, él siempre tiene algo que decir, sea coherente o no con el tema. Lo único que repetía era que ella era fundadora del Estado Islámico pero sin mucho más argumento. Extrañamente, desaprovechó la oportunidad de atacarla por el atentado a Bengasi en Libia, donde –según sus detractores- Clinton no estuvo muy audaz en su valoración del peligro que corría su embajador.

Me dio la impresión de que a Trump el debate se le hizo largo, que no estaba preparado para administrar su energía durante noventa minutos; al cumplirse la hora de debate empezó a lucir agotado, y acorde a su aspecto fueron sus argumentos. Esto derivó en que Clinton fuera más dueña del final del debate, tanto como él lo fue del principio, con el agravante de que Clinton sacó de la manga una estrategia que tal como hemos visto en los días sucesivos, estaba armada con antelación, con la ex Miss Universo, Alicia Machado, y Trump no lo vio venir, lucía confuso mientras ella recitaba su afrenta contra Machado cuando ésta engordó siendo reina de belleza.

La sorpresiva aparición de la noche

Clinton ganó el debate, pero no arrasó con Trump ni nada semejante. Algunas frases como: “También me preparé para ser Presidente” y llamarlo constantemente Donald, fueron recursos inteligentes. Las dudas sobre la salud de ella parecieran estar disipadas. Sin embargo, no creo que ganar el debate haya modificado la intención de voto, debido a que ambos se enfocaron a los convencidos de lado y lado.

Quedan dos debates, y sospecho que si éste fue entretenido, los que vienen van a serlo también, porque creo que Trump será más él, y atacará aspectos de la vida íntima de Clinton con más rudeza que lo mostrado hasta ahora. Por supuesto, rabo de paja tienen ambos, así que pareciera que en los próximos debates va a participar más gente que los dos candidatos.

Hillary con gran astucia terminó sacando a Bill Clinton del público y subiéndolo a la tarima, para avalarse en su experiencia y recuerdo. Trump por su parte, no quiso imitarla y quedó un poco incómodo en el medio del escenario. Sin embargo, sospecho que la referencia de Bill en la que hoy Hillary se respalda, en los próximos debates será un factor que la ponga en situaciones difíciles. Trump ha demostrado que aprende rápido, y si no despide a sus actuales asesores, puede llegar a algo mejor para el próximo debate. Le conviene a Hillary no cantar victoria todavía.

Los cónyuges de los candidatos


domingo, 19 de junio de 2016

Todos contra Rajoy

Las elecciones generales españolas se celebraron el 20 de diciembre de 2015, los resultados fueron 123 diputados para el PP, 90 para el PSOE, 69 para Podemos y su combo, y 40 para Ciudadanos. Pasaron los meses y no lograron las alianzas necesarias para un acuerdo; Rajoy como zorro viejo, astuto, dijo que no contaba con los apoyos necesarios en ese momento, así que no se iba a presentar a un acto de investidura que ya sabía cómo iba a terminar.

Sin embargo, Pedro Sánchez pensó que era su momento, que iba a salvar a España, que el rey Felipe solo le había dicho a él que tenía la responsabilidad de llegar a un acuerdo, y se lanzó a tres actos de investidura en los que obtuvo un no como respuesta. ¿Por qué pasó esto? ¿No sabía Sánchez que no iba a salir electo? Al parecer no lo sabía, lo cual ya es grave, pero lo más grave fue su enfoque al analizar los resultados, su gran lectura del momento fue lo que dijo en su primera investidura, que el país había pedido un cambio y ese cambio pasaba por abandonar las políticas de Rajoy y el Partido Popular. Bueno, esa era una lectura un poco amañada de la realidad, porque si bien el Partido Popular había perdido tres millones de votos, después de un gobierno de recortes y medidas sumamente impopulares, seguía siendo el partido más votado del país con 7.215.530 votos. 

Por si el señor Sánchez no lo ha notado, detrás de cada uno de esos votos hay una persona, que en principio pareciera estar en contra de su lectura del momento. Pero Sánchez no se conformó con eso, él dijo en su primer discurso de investidura que es un error pensar que quien más votos había sacado era el único legitimado para gobernar, es decir que a él la democracia a veces le queda bien, pero a veces le aprieta un poco.

Los errores de Sánchez

El primer error de Sánchez fue usar de blanco a Rajoy para hacer ver que el PSOE era un actor más de la nueva política, cosa que no es cierta. Para Podemos el PSOE es tan “casta” como el PP. Además, el último gobierno del PSOE en manos de Rodríguez Zapatero tuvo que convocar a elecciones adelantadas en vista de su incapacidad para afrontar la crisis que vivía el país. Ya Sánchez había adelantado filas con esa estrategia cuando llamó indecente en pleno debate a Rajoy, y éste con un traje de dignidad recién cosido se ofendió de tal forma, que Sánchez tuvo que reconocer que no fue un acierto semejante ataque.

Todos contra Rajoy
El segundo error: decir que quien más votos saca no es dueño de la legitimidad de gobernar es obvio, pues para eso existe la mayoría absoluta, pero proponer que quien más votos sacó no forme parte del gobierno es un despropósito, y este absurdo es el que los tiene hoy ante unas nuevas elecciones. Según Sánchez, es legítimo que el resto de los partidos se aliaran y dejaran fuera del gobierno al Partido Popular, partido que había ganado la mayoría de los votos.

Ese razonamiento no solo dice mucho de lo que el PSOE opina de la democracia y la representatividad política, sino que a su vez dice mucho de España y su sistema político. Sistema político que ninguno quiere cambiar, ni los viejos ni los nuevos partidos hablan de eso, porque la tesis propuesta parte de que la corrupción y el gasto fueron posibles por las personas que gobernaban y su inmoralidad, pero cuando ellos lleguen al poder como son "buenos" y nobles, no robarán ni se portarán "mal" aún cuando gobiernen en el mismo sistema.

Ahora bien, el mayor error de Sánchez fue creer que Iglesias tenía la intención de establecer una alianza con el PSOE si ésta no le aseguraba llegar al poder. Creer que Iglesias había llegado ahí en tan poco tiempo porque no sabía cuál era su juego. Podemos puso sus condiciones, y si Sánchez las aceptaba: bien, y si no, se cumplía su primer gran objetivo, que alguien hiciera implosionar al PSOE y tomar la izquierda. Sánchez lamentablemente se la hizo fácil, y tal como se vio en el reciente debate, por el momento la izquierda es representada por Podemos.

En su primera investidura, Pedro, mientras atacaba a Rajoy como si su partido no hubiera gobernado ni un día, ni tuviera funcionarios juzgados por corrupción, hablaba de ilusión, de la gran ilusión que le provocaba conseguir alianzas para cambiar España. Al parecer ese es otro gran error de su parte, vivir de ilusiones.

Al parecer así terminará el 26J para Pedro
España requería un análisis más profundo y realista, España merecía que Sánchez pensara en la unidad de la nación antes que en su ideología, España pedía que se defendiera su existencia antes que los puestos que iban a ocupar en el Congreso, pero Pedro en su miopía prefirió insultar e ignorar a quienes votaron por Rajoy, y convertirlos en blanco de los problemas, eso es lo que se hace cuando se ataca a quien ha sido votado por millones. Esta es la razón por la que las encuestas lo dan con menos votos en las próximas elecciones, porque Pedro sí pudo salvar a España, si hubiera aceptado la alianza con el Partido Popular, pero en lugar de eso decidió cortarse el cuello, mientras Podemos pensaba como Napoleón: "Nunca interrumpas a tu enemigo mientras está cometiendo un error".

viernes, 3 de junio de 2016

Preguntas de la semana. Del 30/05/16 al 03/06/16

La semana ha estado complicada desde el punto de vista noticioso, dentro de la confusión entró más confusión con una reunión de la OEA que era para una cosa que no terminó siendo. Creo que todos quedaron muy enredados con lo que allí pasó, pero como buenos venezolanos todo el mundo opinó aunque no entendiera nada, y lo más importante todo el mundo ganó. Esto me lleva a la ronda de preguntas de la semana:

1)      La gente que está en las colas todos los días, ¿saben o les importa el resultado de la reunión de la OEA? ¿En qué parte del show diplomático caben los enfermos que sufren un viacrucis para conseguir medicinas?

2)      Toda solución diplomática o política pareciera no responder a lo que la gente está viviendo, los políticos una vez más parecieran vivir su propio mundo. Por eso, ¿no hubiera sido más lógico comenzar el 10 de enero cualquier acción para referéndum revocatorio? ¿Cuánto vale ese mes que se perdió en la MUD discutiendo para luego concluir que se optaría por tres caminos a la vez? ¿Qué pasa con la activación de esos otros caminos? ¿Quiénes los propusieron y por qué no los promueven ahora? ¿A quién le convino perder ese tiempo?

3)      Leo un tuit que atribuye la culpa de la muerte de un niño por falta de medicamentos a Mauricio Macri. Esta persona estaba decepcionada por la actitud de Argentina en la reunión de la OEA, esperaba otra cosa pues, creía que Macri aún estaba en campaña. ¿Hasta cuándo seguiremos buscando culpables a nuestra responsabilidad? ¿Por qué Macri tiene que salvarnos? ¿Por qué todos esos tuits que apuntan contra Macri y la MUD no los usan contra Maduro y su combo?

4)      La gente está rechazando los CLAP, se calaron que los consejos comunales le repartieran las Canaimitas y los teléfonos a quien quisieran, pero la comida es otra cosa. ¿No sabía el gobierno que lejos de solucionar esto iba a empeorar el problema? ¿Está jugando con fuego?


Hasta aquí las preguntas de esta semana, esperemos que la próxima no sea tan convulsa y sospechosamente contrariada como la que está en curso.

Dile No al Referéndum Revocatorio

Este post no es de suspenso así que comenzaré diciendo que el Referéndum Revocatorio como herramienta política me parece salvaje y primitiva. La idea de que es estupendo que un gobernante pueda salir de su cargo, por el hecho de no gustarle a un grupo superior al que le votó, me parece más propio de una plaza pública que de un país con instituciones y justicia.

Esa es una de las razones por las que voté en contra de la actual Constitución, no porque la propusiera Chávez, voté en contra de su aprobación porque en verdad no estaba de acuerdo con lo que planteaba y tampoco con el momento en lo planteaba. Me explico: un cambio de Constitución debería darse cuando la vigente ya no corresponde a la era que vive el país y sus objetivos como nación. Si bien Venezuela vivía una fuerte crisis en los noventa esto no era atribuible a problemas en la Constitución del 61, o a que no diera respuesta o dejara fuera posibles soluciones. Prueba de ello es que los siguientes 17 años han sido en muchas formas la profundización de los mismos problemas que no habían llevado a esa crisis, y la nueva Constitución no nos salvó de llegar a nuestra crisis actual.

Por otra parte, creo que un período presidencial de 6 años con opción a reelección es demasiado, para que además sea posible la reelección indefinida. Otra de las razones por las que voté en contra de la vigente Constitución es porque eliminó el sistema bicameral del Congreso y dejó solo la cámara de Diputados, lo cual significa que cuando el Presidente tiene la Asamblea Nacional a su favor, prácticamente tiene todo el poder legislativo para usar a su antojo.

Además, con la eliminación de la cámara de Senadores se eliminó el cargo de senadores vitalicios para los ex presidentes, y con ello parte de la historia del país, y del valor de la experiencia como herramienta para la toma de decisiones. 

Ahora bien, ¿estoy de acuerdo con que Maduro se someta a un Referéndum Revocatorio? Sí, por supuesto, porque creo que quienes crean artificios políticos para abusar del poder y atacar a sus contrincantes deben ser víctimas de su propio invento. Así como en las pasadas elecciones del 6 de diciembre el oficialismo fue víctima de su propia creación de circuitos. La asignación de curules en la Asamblea Nacional es totalmente desproporcionada gracias al sistema de circuitos que el CNE creó para que el gobierno se quedara en 2010 con la mayoría de los diputados. En 2015 sucedió algo semejante en cuanto a proporcionalidad, los votos obtenidos por la oposición fueron 7.707.422 de la oposición frente a 5.599.025 del oficialismo; esto derivó en un resultado desproporcionado de 112 diputados a 55, aun cuando la diferencia de votos no representa esta desigualdad.

De la misma forma, creo que Maduro debe salir del poder si no cuenta con la aprobación popular vía Referéndum Revocatorio. Sin embargo, en lo sucesivo creo que tanto esta herramienta como otros problemas estructurales deben ser corregidos en la Constitución vía enmienda o asamblea nacional constituyente.

¿Por qué no creo que el referéndum revocatorio como herramienta cívica y de libertad popular?
Pues porque creo que en el futuro habrá que tomar decisiones impopulares y no del todo agradables para solucionar graves problemas del país, y depender de que a la mayoría le gusten será casi imposible; situación que nos sumergirá en una inestabilidad política importante.


Por otra parte, si un período presidencial dura 4 años no hay razón para hacer revocatorio al Presidente, porque de lo contrario gobernará 2 años pendiente de no tomar medidas que disgusten a la gente y otros 2 años pendiente de no hacer cosas que comprometan su posible reelección. Así definitivamente, gobernar se volvería un circo de complacencias que no nos llevaría a ningún lado.

En caso de que un presidente sea elegido en unos comicios de baja participación electoral estaría en una situación de inestabilidad constante, puesto que la oposición muy fácilmente podría revocarlo a la menor medida impopular aprovechando el descontento.

Las razones para que un presidente no siga en ejercicio de sus funciones, además de temas de salud, están en la ley, y para castigar esto y alejarlo de su puesto está la justicia. De resto, toda propuesta que proponga guillotinas políticas amparadas en un supuesto civismo, se parecen más a las votaciones telefónicas de American Idol que a una República.