martes, 15 de diciembre de 2015

El mundo SakSay: una propuesta de alto nivel

Una nueva experiencia gastronómica abrió sus puertas en Altamira. Se llama SakSay, que en lengua quechua significa “buen comer”, es un Peruvian Bistro que mezcla comida peruana con ingredientes nuevos y versionados por su chef Raúl Hung. El tabule de quinoa es muy recomendable, así como el pulpo o el lomo de cerdo. 

La propuesta abarca y reversiona platos típicos de la gastronomía peruana. El comensal puede encontrar recetas donde comulguen sin problema el ají amarillo o el rocoto con el papelón tan nuestro. El abanico de sabores que propone la carta es amplio y variado, sin embargo cada plato tiene sabores sencillos e intensos que llegan a la memoria del comensal.
Foto tomada del Instagram de @SakSayPeruvian
La experiencia se completa con la decoración del lugar, un local amplio que consta de varios espacios según el ánimo de quien lo visita. Es posible disfrutar en familia, en pareja o una salida más nocturna con amigos. La mezcla de sabores y productos que ofrece la propuesta culinaria se expresa en la decoración del restaurant, basada en el máximo cuidado de los detalles y en la mixtura de texturas distintas en sus paredes y mesas, y en la combinación de colores que dan una sensación de sencillez y precisión a quien lo visita.
Foto tomada del Instagram de @SakSayPeruvian
SakSay completa sus bondades con el servicio, en un país donde ofrecer algo “por la casa” desapareció, este restaurant recibe a sus clientes con una muestra distinta de su comida cada día: un “abreboca” que introduce al comensal en el mundo SakSay, que es –a su vez- el mundo de su chef Raúl Hung. Los mesoneros están a la altura del lugar, donde podrá pasar un rato agradable o celebrar fechas importantes.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La santísima trinidad: cuando el fútbol es más que un juego

La historia y el fútbol son parte de la vida de millones de personas alrededor del mundo, algunos tratan el deporte como forma de evasión y manipulación de las masas, no sé si esto sea verdad, lo que sí creo es que la vida sin fútbol no sería mejor. Los grandes equipos de fútbol son un símbolo de identidad para sus seguidores, y estaban en nuestras vidas mucho antes de que la marca de un celular o un perfume definieran nuestro estilo y la tribu a la que pertenecemos.

El Manchester United es un ejemplo de club grande por su historia y por su estructura, sin embargo hay un suceso dibujado por la tragedia que lo marcó, y define aún hoy el carácter del equipo y de su fanaticada; porque los equipos son lo que son por sus aficionados, porque jugadores e inversionistas se compran, pero los fanáticos no se cambian por dinero.

El 6 de febrero de 1958 se escribió una de las páginas más tristes y dramáticas de la historia del equipo de Old Trafford. El Manchester United había disputado los cuartos de final de la Copa de Europa frente al Estrella Roja de Belgrado, y se disponía a regresar a casa, pero el avión donde viajaba el equipo se precipitó al suelo ocasionando la muerte de 23 personas, entre ellos la joven promesa inglesa Duncan Edwards.

La reconstrucción del equipo se realizó en torno a la figura de Bobby Charlton, sobreviviente del accidente. En los partidos siguientes, el club se vio forzado a subir jugadores noveles de las juveniles para cumplir con los siguientes compromisos; incluso, tuvieron que sustituir al entrenador mientras se recuperaba del accidente. La afición siguió llenando Old Trafford y arengando a jugadores que ni siquiera conocía, cuenta la leyenda que en uno de los partidos de la liga inglesa posteriores a la tragedia se entregó un programa de mano en blanco porque se desconocían los nombres de quienes estarían alineados.

Estatua a las afueras de Old Trafford
En el año 1962 se contrató por una gran cifra de dinero a Denis Law para ayudar a Charlton, y al año siguiente se completó la formación de la Santísima Trinidad con el debut del joven George Best. Este triunvirato goleador que significó una época en el club y en la historia del fútbol, marcó un total de 665 goles, y guió a los diablos rojos de la tragedia de Munich a ganar diez años más tarde su primer titulo de Copa de Europa.

Hace unas semanas, un periodista deportivo criticaba las grandes inversiones que hacen corporaciones árabes y asiáticas en los equipos europeos, porque en su opinión dañaban el fútbol y hacía que se dirigieran a públicos remotos que nada tenían que ver con su origen. Además, de ser un argumento intoxicado de complejos nacionalistas, es un razonamiento fuera de la realidad global e interconectada que vivimos. 

Entonces, según este planteamiento si en el año 58 hubiera habido forma de seguir la liga inglesa en China, y los seguidores del club en ese país hubieran lamentado esta tragedia y aupado al equipo en el camino a conseguir la Copa de Europa, la gesta hubiera sido menor por el origen de los fondos que la financiaron.

Los protagonistas siendo homenajeados

Este tipo de análisis tan limitado y local plantea un fútbol aislado de la dinámica mundial donde la gente se traslada de un país a otro y se comunica de forma inmediata; el fútbol es hoy una oportunidad para muchos niños latinoamericanos de salir de la pobreza o de entornos violentos. Hoy día, la liga inglesa es de las más competitivas e interesantes, justamente porque no participan solo ingleses; al contrario, la conforman un abanico de nacionalidades que la nutren y la fortalecen.

Cuando visité Bali en 2011, fuimos al mercado y Marcos tenía puesta una camiseta del Barcelona. Mientras atravesábamos larguísimos pasillos abarrotados de puestos de comida, ropa, accesorios, etc. las personas del mercado, que ni siquiera hablaban inglés, nos repetían nombres como Iniesta, Xavi, Messi, Guardiola y Visca Barca con total naturalidad. 

Los clubes grandes serán aún más grandes cuando sean el sueño de cualquier niño del mundo y tengan la oportunidad de conquistar su sueño. A los equipos los definen su historia y su filosofía, no el color o la nacionalidad de quienes juegan. 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

La discriminación de la mujer en Hollywood: una pendejada más

Hace unas semanas, Jennifer Lawrence dijo que se sentía discriminada. Como lo lee, la misma que tiene 25 años y gana 46 millones de dólares por película, ha dicho que se sintió discriminada porque en la película Escándalo Americano, Bradley Cooper ganó el 9% de las ganancias de taquilla y ella el 7%. Imagínense cuando la muchacha se entere de que hay sitios donde se practica la mutilación genital, la violación preventiva o no se deja manejar a las mujeres.

Jennifer Lawrence cuando recibió el Oscar

Todo comenzó cuando Patricia Arquette, en la pasada entrega de los premios Oscar de la Academia, abogó por la igualdad salarial para las mujeres en Hollywood. Una desbordada Meryl Streep apoyó la petición y el coro la siguió unánime. No digo que no tengan razón, de hecho creo que la mujer está discriminada en el mundo en varias facetas, sin embargo, no sé si el cine sea un buen referente para elevar esta queja.

Me explico: esta queja es válida cuando una mujer ocupa un cargo gerencial, y un hombre que ocupa el mismo cargo, gana más que ella. En el cine no es tan sencillo, porque cada uno hace el papel que le corresponde y no siempre es medible el peso que tiene en la trama cada personaje. Por otro lado, Bradley Cooper y muchos otros deberían estar muy molestos, porque Jennifer Lawrence es una recién llegada al mundo artístico que gana casi tanto como ellos y se ha ganado un Oscar, mientras Cooper estudió en el Actor´s Studio, se preparó y tiene muchos más años de experiencia. 

O, por ejemplo, el actor que hacía de novio de Erin Brockowich, o el que hacía de jefe deben estar molestísimos, porque apuesto fuertes a locha a que ninguno ganó un sueldo ni cercano al de Julia Roberts. Es cierto que hay muchos más papeles para hombres que para mujeres en el cine, pero el sitio para apretar esas tuercas no es el techo del edificio, es en las bases, es en el acceso que se tiene a la educación, a la independencia, y a la posibilidad de aspirar logros importantes.

Gwyneth Paltrow ha declarado también que Robert Downey Jr no debe ganar tanto, que no lo vale, lo cual no deja de ser curioso, cuando Paltrow es una total irresponsable que vive dando dietas y consejos de salud por todo medio en el que puede sin tener ningún estudio o preparación para ello. Por lo menos, Downey Jr cobra su dinero por actuar, no por estafar gente.

Habría que sugerirle a los hombres que alcen su voz contra las marcas de maquillaje y tintes de cabello porque solo se dirigen al público femenino y usan a actrices que promocionan sus productos por millones de dólares sin quejarse de la discriminación que sufren sus compañeros. También deberían hacer una huelga porque las alfombras rojas están dominadas por las mujeres, que reciben altas sumas de dinero de las lujosas marcas para vestir sus diseños, mientras los hombres lucen casi siempre el mismo traje aburrido, en los mismos colores. 

De hecho, todos los actores deberían retirarle el habla a Nicole Kidman porque recibió 12 millones de dólares por ser la imagen de Chanel No 5, y ningún hombre ha recibido semejante pago por algo así. También deberían organizarse contra la nueva cámara de la alfombra roja que muestra las joyas que las actrices llevan en sus manos porque los hombres no tienen la oportunidad de usarla porque nadie promociona sortijas y pulseras para hombre. ¿Por qué a las actrices les pagan por ser un anuncio ambulante y a los hombres no? Todos tenemos derecho a ser un perchero que camina.

No estoy en contra de que se usen espacios en medios para llamar la atención sobre estos temas, que son importantes, sin duda; pero sí me parece irritante que personas privilegiadas usen sus espacios para quejarse de sus supuestas desgracias por ganar 10 millones de dólares más o menos. Entre otras cosas, porque esos pronunciamientos le quitan dimensión al verdadero problema y hace parecer la discriminación a la mujer como un tópico superficial o una pataleta más.

Sería fantástico que estas actrices usaran los espacios que tienen a disposición para denunciar verdaderas discriminaciones a la mujer, para participar activamente en la defensa de sus derechos, para ayudar a mujeres guionistas a entrar en el mercado internacional; porque es un poco farsante quejarte de discriminación desde tu casa en Bel Air mientras la violación se usa como arma de guerra, el tráfico de personas afecta en su mayoría a mujeres y niñas, y hay países donde las mujeres son apedreadas en juicios públicos.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Black mass: ser ganster no es cool

No es una película más sobre gansters, o bueno sí lo es, pero es buena. La película está basada en hechos reales, trata sobre la vida de Whitey Bulger, el violento y criminal hermano de un senador estatal. La historia se desarrolla en Boston, lo que permite ver la ciudad fuera de las postales habituales, mucho más real y sin maquillajes.

El director es Scott Cooper, quien logra una película hiper realista en la violencia y poética en la narración. Los detalles de la fotografía son fantásticos, la edición es impecable, y la dirección de actores es excelente; tanto los testimoniales como las escenas más intimistas están muy bien logradas.

Whitey Bulger


Lo más maravilloso de la película no es la parte técnica, que es casi sobresaliente, lo mejor de la película es que esta banda de gansters no vive una vida de lujo y confort. No usan trajes de última moda, están rodeados de chicas espectaculares y se alojan en hoteles lujosos. Por el contrario, Johnny Depp encarna un personaje poco agraciado, que viste prácticamente igual todos los días y cuya única debilidad parece ser la figura materna, ante la cual vuelve a ser un niño cordial y sumiso.

Johnny Depp y Dakota Johnson

Este punto de la película es poderoso, porque en estos tiempos de violencia, de malos famosos, de series de narcos, quizás debamos revisar un poco como los medios actúan ante esto. No quiero decir que esta gente sea criminal o delincuente porque lo vio en la televisión o en la misma película que Scorsese ha hecho ochenta veces; lo que sí creo es que cada héroe tenía un villano, y en ocasiones el villano era tan interesante como el héroe. Quizás el verdadero problema es que estamos escasos de héroes, y abundan los villanos. O, quizás el problema sea que los héroes son poco recompensados.

Volviendo a la película, tiene un ritmo lento que coincide con su realismo, pero es compensado con su abundancia de detalles y con la propuesta valiente de su director. Las actuaciones están a la altura de la propuesta, y si disfruta las películas con balance entre acción y diálogo, está película le gustará.

Bulger trabajando con su equipo


miércoles, 11 de noviembre de 2015

007: Spectre

El viernes pasado, como todos los viernes, fue viernes de cine. Nos tocó ir a ver Spectre, la última película de James Bond, y fuimos como se debe ir a estas películas: a disfrutarla. Porque ir a ver Bond o Misión Imposible para salir diciendo que es muy mentirosa, o que siempre trata de lo mismo, es como ir a ver un musical y quejarse de que es pura música durante horas.

Hace rato que se sabe que Bond tiene que cambiar de cara, y que unos nos gustan más que otros, y que hay mejores y peores villanos, pero eso sigue sin ser problema. El agente James Bond sigue llenando las salas de cine, tomando Martini y mostrándonos sus carros fantásticos.

Sin embargo, aun cuando se sabe todo esto, esta película deja sabor a poco, y sobre todo porque cuenta con grandes actores que no logran verse usados de la mejor manera. Daniel Craig está tácito, pero es un buen actor. En la cinta están Christoph Waltz, Ralph Fiennes, Monica Bellucci, Naomie Harris, y Léa Seydoux. Es un elenco de primer nivel, sin discusión.



La estructura de la película cumple con lo tradicional, una gran escena para abrir donde el protagonista sufre pero se luce, de la cual sale un motivo desencadenante con el que se hila la historia, en medio de la cual Bond conquista y corona con chicas estupendas. Nada nuevo bajo el sol, y sin embargo, por qué otras películas de Bond son mejores que Spectre. Quizás sea el ritmo de la película que es un poco agotador, puesto que las buenas escenas son las de acción, y sin duda son muy buenas, sin embargo, las escenas que debían soportarse en el guión son baches profundos en los que se usó el humor para rescatarlas, y se usó mal.

La historia deja dudas sobre ciertos personajes que aparecen y desaparecen, acciones que podían resolverse de forma más sencilla, y diálogos pastosos. Sin embargo, creo que todo pudo ser salvado y hubiera sido casi imperceptible al espectador, si el villano hubiese entrado antes en la película, y no hubieran puesto todo el peso sobre los hombros de su actuación.



El villano es Blofeld, quizás Christoph Waltz nos tiene acostumbrados a actuaciones de alto nivel y por eso siempre esperamos más de él, pero creo que el momento en que hace entrar a Bond en un edificio arruinado la producción no hizo prácticamente nada por ayudarlo a crear intriga o espectáculo, y al igual que nosotros pensó: Waltz lo resolverá, él siempre es magistral, bueno la mala noticia es que aquí no lo pudo lograr.


En fin, que además de todo esto y que el guión no fluye, y que van dos películas en paralelo, la que va en alto relieve (acción y espectáculo), y la de bajo relieve (actuación y guión), el argumento está pegado con post it, y lo hace aún más insostenible la cara de Daniel Craig que pareciera estar pidiendo a gritos que consigan otro Bond.